PERIFÉRICO
BLOG DE ROMÁN BECERRIL
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08-01-2013 | ENTRADA #8
Carta a un funcionario del PRI
Etiquetas: |
Gabriel Zaid, Carta, Ascender |

ILUSTRACIÓN | Fuente: ITE. | Esta ilustración está bajo una licencia de Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike 3.0 Unported
Le agradezco mucho su llamada telefónica y su cortesía. Particularmente, le agradezco el crédito que me extiende al creer que podría desempeñar algún cargo en la administración pública municipal.
Me considero afortunado: no han faltado las personas que (con ganas de intervenir a mi favor) me han preguntado seriamente si estaría dispuesto a ser recomendado por ellas para ocupar un puesto administrativo en la Casa de Cultura de Tepeji del Río.
Gabriel Zaid menciona en su libro Cómo leer en bicicleta (Lecturas Mexicanas, 1986, pág. 128) la creencia común de que “La gente informada y capaz, o está en el poder o espera llegar a estarlo”. Pensando de esa manera puede parecer absurdo rehusar la oportunidad de ascender a un cargo público (el que sea).
Es cierto que los oficios del libro no gozan de prestigio en México y que esa falta de aprecio provoca pocos incentivos reales para su práctica (Por el libro y sus oficios, revista Letras Libres, septiembre 2012). Así se comprende que muchos prefieran ascender, en lugar de quedarse donde están (editando libros, revistas culturales, intentando animar talleres literarios o centros culturales independientes). Afortunadamente, parafraseando a Gabriel Zaid (Empresarios oprimidos, Ed. Gandhi. México, 2010, pág. 127), muchos que aman su trabajo se quedan a hacerlo, a pesar de que eso les cuesta, no sólo ingresos, sino prestigio, porque (ilusoriamente) se supone que trabajar en el sector público es producir más, valer más, ser más.
Sé que su cortesía es sincera y bien intencionada. En este contexto, sin embargo, prefiero no ascender.¬